20 años no son nada, pero en su casa lo son todo.
Esta Soñad(Escrit)ora, esta Jazz Woman, nos acerca tanto a sus escritos, que podemos, no sólo leerlos, sino percibir con total nitidez la escena, con su ternura, su pasión, su pena o su alegría.
Esta Maga de Montmartre nos regala con sus escritos el valioso contenido de su Cajita de Tesoros y, al abrirla, nos embarga el aroma del Jazmín, del Romero y del Azahar que desprenden cada una de sus historias; historias enfundadas en Recuerdos de Niñez y Nopalabras que fácilmente hacemos nuestras y llevamos a nuestra vida.
Esta Veinteañera es niña y mujer, dulzura y madurez. Esta Mujer es Swing y Bebop.
*Este cuadro de Sorolla se parece a una de las fotos que había en la caja
Aquel día llamaron a la puerta. Era mi tía:
- He estado revisando las cosas del abuelo, tu abuela me pidió que catalogara sus cosas para ver que íbamos a guardar, con qué cosas os quedábais vosotros los nietos y qué vamos a regalar a la iglesia o tirar a la basura.
Si llega a ser por tu abuela todo iba a la iglesia o a la basura, ya la conoces, pero la he convencido.- me explicó - Estas son tus cosas, las que te corresponden a ti. No hay nada de valor, eso se queda en casa hasta que falte la abuela.
Después de aquellas palabras, y tras haber permanecido en silencio escuchando a mi tía, me entregó una caja no muy grande con un montón de cosas apiladas en su interior. Cartas, fotos, objetos...
- Desde pequeña te han gustado muchas de las cosas que hay en el interior de esta caja. Yo me encargaré de que tu abuela no las eche en falta -dijo con una gran sonrisa en su cara, de esas que dejaban entrever que me regalaba un trocito de felicidad.
Se que te hará feliz tener esto. Aún recuerdo cuando eras aún muy niña y te sentabas en el suelo, abrías la caja de puros y empezabas a jugar con todas esas fotos y postales, te inventabas el nombre de las personas que veías en ellas y todos aquellos escenarios. A tu abuelo le hacía mucha gracia todo aquello... ¿Recuerdas lo que te decía?
- Ojalá las cosas fueran como tú las ves. - dijimos las dos a la vez con una sonrisa.
- Si, eso decía tu abuelo... Mira esta foto, te reías de la abuela porque su sombrero parecía una maceta - y mi tía escenificó todo aquello con una enorme sonrisa.
- Y sigo pensando lo mismo, ¡mira el sombrero de la abuela! - insistí mientras señalaba a un sombrero invisible sobre mi cabeza.-
- Te miro y es como si hubiera pasado tanto tiempo... Tus primos son ya muy mayores, tu tío se fue, ahora tu abuelo... Y tú, mírate, ya no eres esa niña, aunque siempre que te vea serás mi sobrina la pequeña, - mi tía cambió el tono de sus palabras a uno mas triste.- es como si te viera tirada en el suelo trasteando y jugueteando con tus muñecas.
- Es verdad. A mi se me hace muy extraño, también siento que ha pasado mucho tiempo.
Mi tía empezó a mirarme, como si intentara ver algo en mi, como buscando:
- La pequeñita de la familia... Sé que tu abuelo estaba muy orgulloso de ti, mas que de ninguno. Y mira que a mi me sentaba mal porque a tus primos les quería mucho, pero tu eras su debilidad - hizo una pequeña pausa para intentar recordar algo.
Y ahora lo entiendo.
Me estoy acordando de la vez aquella en la que me hiciste jirones toda lo ropa negra que tenía para que abandonara el luto que le guardé a tu tío q.e.p.d. No se cómo se te ocurrían esas cosas... - me dijo mientras me plantaba en toda la mejilla uno de sus besos.
- Ya verás cuando nazca tu nieto, ¡vas a ser abuela, tía! Y mi sobrina... Con ellos vuelve a ser todo como antes. De nuevo habrá alegría... eso no cambiará.- dije con una sonrisa en mi cara.-
- Nos hacemos todos mayores querida, los pequeños crecéis aunque muchas veces no nos guste porque eso es síntoma de que nos hacemos viejos... Pero llegan las nuevas generaciones... ¡Anda que cuando tu te decidas por un buen mozo y te me cases y me des sobrinosnietos!
-¡Tampoco corras tanto tía! -dije entre carcajadas.-
- Me voy ya antes de que empiece a chochear más. Espero que te guste eso que te he traído. -me guiñó el ojo y uno de sus diminutos ojos quedó completamente cubierto por aquellos mofletes de niña pequeña en la cara de una mujer mayor.
- ¿Por qué no te quedas un rato y vemos todas estas fotos juntas? -sugerí mientras tomaba un par de fotos antiguas de la caja.
- ¿Quieres? Pues dicho queda, no creo que tu abuela me eche en falta porque la deje sola un ratito.
Y así pasamos la tarde, juntas, como cuando yo era pequeña y ella se quedaba a mi cargo. Recordando tantos momentos y hablando sobre el futuro.
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* Para D. que pronto estará jugando junto a la pequeña N. , alrededor de los que ahora somos "los mayores".